Nos dieron una habitación "Petite", por la cual habíamos pagado, pero nunca imaginamos que la habitación era tan pequeña. Para poder entrar con las valijas había que mover las camas. La ventana daba al interior del edificio y no entraba NADA de luz natural. Pedimos un cambio de habitación, a algo mejor, por lo cual tuvimos que pagar un extra, y nos asignaron una habitación mucho más amplia, ya que estaba acondicionada para una persona en silla de ruedas. Era espaciosa, pero igual de oscura. La ducha era apta para gente de baja estatura o en silla de ruedas, ya que la flor no se extendía más allá de 1,65 mts.
Ya nos habíamos hospedado hace varios años en el hotel, en una habitación triple y la experiencia había sido agradable, pero esta nueva visita al Heritage fue decepcionante.
El precio del hotel es excelente para Manhattan y su ubicación es inigualable, pero no creo que me vuelva a hospedar en el Heritage.