La ubicación es buena, pero el hotel está abandonado, la pintura saltada y sucia. el ruido del propio hotel es insufrible, la planta baja es toda la cafetería y recepción abiertas que provocan un ruido tremendo en la habitación, se oye música, risas, conversaciones, es como si no tuvieras puerta y estuvieras casi en la cafetería.
El desayuno es escaso, se termina lo que hay y tienes que esperar 15 ó 20 minutos hasta que lo reponen
Las instalaciones debieron de ser modernas y bonitas, pero están abandonadas.
No volvería a este hotel nunca.