Comience el día en la mina de sal de Slanic. Esta mina de sal, situada en un entorno maravilloso, se inauguró por primera vez en 1938. Para llegar a él, bajarás 400 metros. El microclima interior lo convierte en un lugar favorito tanto para los lugareños como para los viajeros: hay una temperatura constante en el interior de nunca más de 54 grados Fahrenheit (12 grados Celsius), lo que es muy preferido en un verano caluroso.
Su próxima parada será un lugar único y extraño: los volcanes de lodo. Estos pequeños volcanes se encuentran a pocos metros del suelo y existen debido a una combinación única de agua y gases naturales que crean un terreno similar a la luna.
A continuación, visite el monasterio de Ciolanu, conocido por sus iconos de finales del siglo XIX pintados por el famoso artista Gheorghe Tătărescu.